Te has preguntado si debes ser ahorrador o inversionista??
Extracto de Queremos que Seas Rico.
Donald Trump y Robert Kiyosaki
Hace años, un amigo judío me dio esta respuesta: “Moisés invierte, Jesús ahorra”.[***] No sé si esta contestación nos sea útil ahora, pero podemos reflexionar sobre ella en muchos niveles. Considero que los inversionistas son ahorradores activos. Invertir es una manera de ganar dinero, y quizá no ganes de la noche a la mañana, pero con el ahorro es seguro que no ganarás pronto.
Los rendimientos son mucho mayores cuando inviertes que cuando ahorras. A muchas personas les asusta el riesgo o la cantidad de tiempo necesaria para aprender a invertir. Robert hizo un buen trabajo explicando los distintos enfoques con que puede manejarse el dinero. Padre rico, padre pobre no es un éxito por casualidad: lo es porque en él explica claramente estas cosas.
Un inversionista entra y sale del banco a zancadas; un ahorrador entra a zancadas y sale a pequeños pasitos. Siempre he tenido esta imagen sobre la diferencia entre invertir y ahorrar. El poder del dinero del ahorrador se reduce.
En cierto sentido, los inversionistas son visionarios: pueden ver el futuro. Si son perspicaces en ese aspecto, sus pasos para entrar y salir del banco no resultan tan atemorizantes, pues se basan en la confianza de que el riesgo será bueno para todos.
Ellos pueden ver que todos acabarán ganando. Pocas veces siento la necesidad de convencer a otro de que mis ideas son buenas pues, para empezar, no hablaría con él si supiera que necesito convencerlo. Simplemente le comunico que mi propuesta beneficiará a todos, y no entro en detalles si esto no ha quedado claro. Desde siempre he podido ver los resultados con tanta claridad que todos mis pensamientos y actos están dominados por un sentimiento de “trato cerrado.”
El dinero es como el talento: no sirve de nada si te lo guardas. Hay que desarrollarlo, nutrirlo y usarlo adecuadamente. Requiere tiempo, trabajo y paciencia. Hay muchas personas talentosas que nunca saldrán a la luz porque no desarrollaron sus dones. También es como una idea que no se pone en práctica porque su creador no le presta la atención requerida. Invertir exige responsabilidad, una responsabilidad constante; ahorrar no. Invertir no es para todos, pero es como cualquier actividad: una vez que la pruebas y ves los resultados, puede resultar emocionante.
Puedo imaginar algunos comentarios: “Invertir… ¿emocionante?” Cuando escucho esta reacción, sé que esa persona no lo ha intentado. Muchos de ustedes ya me conocen y saben que me gustan las aventuras, pero no busco emociones fuertes cuando se trata de dinero. Es mejor que tú tampoco lo hagas. No obstante, evitar lo que pudiera cambiar radicalmente tu vida para bien, no es una buena elección. Ya hemos hablado sobre el temor y sobre la manera de reducirlo.
Ésa es una de las diferencias entre los ahorradores y los inversionistas: los ahorradores viven en el reino del temor; los inversionistas lo han vencido y recogen los frutos. Concéntrate en los temores que te detienen y supéralos.
Cuando comenzaba mi carrera y me mudé a Manhattan, el mercado de bienes raíces se había enfriado tanto que por primera vez se habló de que la ciudad estaba en bancarrota. Este miedo produjo más miedo y los ciudadanos empezaron a perder la confianza en la ciudad. No era un entorno favorable para un promotor inmobiliario en ciernes.
No obstante, me pareció que el problema era una gran oportunidad, pues para mí, Manhattan era el centro del mundo y yo iba a ser parte de ese mundo, con o sin crisis financiera (que sabía pasajera). Así, ese temor en particular no hizo sino impulsar mi ambición y valentía.
Fue entonces cuando empecé a pensar en una enorme propiedad a lo largo de la orilla del río Hudson, 100 acres de terreno sin construir. Una crisis financiera no interfirió con mis sueños, y yo no guardé mis ideas para tiempos mejores. Estaba decidido a ser un promotor inmobiliario sin importar el entorno. En resumen, invertí tiempo y realicé mis ideas a pesar de la situación. No archivé mis planes ni esperé a que las condiciones fueran perfectas. Los ahorradores esperan mucho tiempo y eso los hace perder oportunidades.
Tal vez no tengas el dinero en el momento, y tal vez las condiciones no sean ideales, pero eso no significa que tu mente no pueda trabajar en tus ideas y allanar el camino para un futuro mejor. Las cosas rara vez son perfectas, pero con una mentalidad de inversionista activo estarás preparado para cuando surjan las oportunidades. Prueba invertir con la mentalidad más abierta de que seas capaz: busca las oportunidades en cualquier situación. Eso es apalancamiento. Los inversionistas son visionarios: pueden ver el futuro.
Extracto de Queremos que Seas Rico .Donald Trump y Robert Kiyosaki